EDITOREAL
L@s cabezacaliente
El líder de los procesos de cambio que vivimos hoy en día nos llama nuevamente a reflexionar sobre nuestro papel como ciudadanas y ciudadanos de un estado socialista al proponer el primero de cinco pilares que deben convertirnos, de funcionarios de gobierno, en servidoras y servidores públicos que puedan dar respuesta a la necesidad de solucionar la realidad histórica de nuestro país signada por la exclusión de las grandes mayorías empobrecidas y por el yugo cultural que nos somete. Hemos de reflexionar sobre dos puntos particulares: Primero ¿Se representa el socialismo como el acceso a todo tipo de bienes y servicios? De ser así nos bastaría solo con garantizar que el pináculo de la revolución se alcance cuando cada uno de nosotros tenga un blackberry a la hora del juicio final cuando la naturaleza nos cobre nuestro comportamiento capitalista desnaturalizado. Sería cuestión de garantizarle a cada muchacha y muchacho la suprema felicidad social a través de un capitalismo de estado que, más temprano que tarde, nos traicionará. Segundo: ¿Somos independientes de la realidad internacional? Si la respuesta es positiva debemos asumir que las transformaciones populares y los movimientos sociales que se están dando en el mundo son el resultado de alguna clase de divina conciencia global y estaríamos permitiendo que se subordinara la madurez de los pueblos a la teología y asentándole una patada en el culo al pueblo Egipcio que en estos momentos asume el dominio de su destino. Nos corresponde responsabilizarnos por los procesos de cambio mundiales que hemos impulsado. Nos corresponde destrozar la realidad objetiva y dar el siguiente paso en el análisis de altura, subjetivo, responsable y consecuente que nos empuje para el correspondiente cambio cultural. Nos toca ser cabezacalientes.
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